viernes, 6 de junio de 2008

un dragón llamado, Dragón


Caramelandia tenía varias entradas, para quienes podían entrar, ciertamente yo no pude hacerlo hasta demostrar que era confiable y para eso pasé por varias pruebas. La más difícil, indudablemente, fue alimentar al Dragón.
El Dragón, era un dragón, llamado Dragón.
Enorme, verde brillante, con escamas, patas terminadas en garras, dientes prominentes, fauces lanza llamas y … una sonrisa irresistible…
Cata se había esmerado en darle clases de actuación para que aprendiera a rugir y asustar, pero Dragón, primero perdió el fuego de su garganta de tanto libar miel de las colmenas; luego, su figura estilizada, cambió en un gran abdomen que para disimular tapaba con una camisola floreada que los carameles más pequeños le habían regalado y finalmente, se había mimetizado tanto con ellos, que también tenía un par de alas doradas en la espalda!!
Cata creía que era un caso perdido.

No hay comentarios: